dos viviendas en Camas

El encargo nace de la necesidad de unir dos viviendas que surgieron de la partición de una casa tradicional del barrio de La Pañoleta de Camas. En la anterior reforma se ocupó la práctica totalidad del antiguo patio, resultando la actuación en dos inmuebles gemelos con un marcado carácter longitudinal.

La intervención plantea recuperar el espacio perdido con la división, enfatizando nuevamente la tradicional centralidad tipológica de la vivienda popular. Ello requiere la completa modificación de la configuración actual de la planta baja. El reducido contenido del programa residencial permite un tratamiento generoso de los espacios. Estos se estructuran en franjas dispuestas paralelamente a la fachada.

La más próxima a la entrada cuenta con un carácter privado, mientras que el grueso de la actividad doméstica (salón, comedor, cocina) se desplaza al centro de la vivienda. Le siguen las zonas húmedas, que actúan de filtro con respecto a la última franja privada, donde se ubica el dormitorio. La nueva distribución reconoce la disposición de elementos en los apartamentos actuales, reduciendo así los costes de la actuación.

La recuperación del ancho original permite una relectura secuencial del espacio doméstico. Al pasillo ajustado de la entrada sigue esta sala espaciosa, que aún conserva la estructura de muros de carga original. Los desajustes entre dinteles son el punto de apoyo en el que se recrea el diseño para establecer una línea de contacto entre el soporte de ladrillo y el revestimiento. El carácter rudo de la sala guarda ecos de un vetusto gimnasio de barrio. La sala de estancia principal surge de unificar las antiguas cocinas con el patio central. Las angosturas y sombras se subliman en un baño de luz cenital. El patio central es ahora, asimismo, una invitación a la terraza, que gana importancia. El uso de la madera añade color y contraste, enfatizando el orden secuencial de la vivienda. El mobiliario fijo de la cocina se apoya sobre la estructura original, estableciendo un básico filtro con respecto al salón.

Al final del trayecto se localiza la zona más privada del hogar. La última banda la ocupa el dormitorio con baño suite y vestidor. Surge de la unión de los dos dormitorios anteriores. La iluminación cenital mejora las condiciones lumínicas anteriores. La inexistencia de puerta de acceso mejora asimismo la ventilación natural del dormitorio. El mobiliario hace uso de piezas modulares asequibles dispuestas con discreción. La sencillez material se traslada al baño, que se resuelve con pocos planos de madera y azulejo que engloban también a los sanitarios.

El proyecto redescubre la importancia de la azotea, que pasa de ser marginal a ser el espacio de expansión natural del hogar. El esquema responde a una voluntad manifiesta por conseguir claridad en todos los órdenes de la intervención. Esto no sólo se expresa en la sencilla distribución sino que irradia en la elección de materiales, las gamas de color o en la apuesta decidida por la iluminación natural.