vivienda principal de arteventura
La paz que entregan los campos de dehesa del norte de Huelva fue la causa primera por la que arteventura eligió este paraje. La vivienda principal sirve de residencia a los emprendedores de este singular proyecto turístico-artístico. La casa se ubica en la parte más alta de un amplio complejo cultural de 25 hectáreas estructurado en torno al camino vertebrador de la finca. Esta privilegiada atalaya le proporciona una útil función de panóptico, al tiempo que disfruta de una mayor tranquilidad al ser la construcción más distante del centro de actividad creativa.
La vivienda por tanto debía ajustarse a una importante premisa, poder observar sin ser observado. Es por esto que las decisiones proyectuales más relevantes están ligadas a la integración paisajística de la casa. Allí donde este principio se hace más evidente es en la búsqueda de un perfil bajo exterior, especialmente, hacia la cuenca visual, la orientada hacia el valle. Así, se diseña un frente alargado y plano que, protegido por la vegetación, tendrá apariencia de muro de piedra de musgo del lugar. La voluntad de integración se hace extensiva a los restante paramentos, cuyos muros de perfil bajo (no superan los 4,5m medidos desde la rasante) se revisten en tonalidades semejantes a la de la dehesa.
En su organización interior, la vivienda responde a un esquema de gran claridad. Se trata aquí de dos cuerpos unidos por un pasillo con distribuidor, que deja a un lado las estancias diurnas y de gestión del complejo, y al otro aquellas de descanso, más privadas. Tanto unas como otras tienen en su entorno espacios para el disfrute exterior de los habitantes, abundando aún más en la relación con el paraje natural.
Es este un hogar diseñado para proyectar la mirada al exterior. Por ello dispone de amplios huecos en todas las orientaciones. Los interiores tienden hacia la neutralidad, con techos y paredes en blanco y baldosas de gran formato. De nuevo, el diseño de interiores está ideado para no distraer del foco de atención principal, la dehesa.
En este sentido, la piscina de fitodepuración natural adquiere aquí un gran protagonismo, pues configura un eje que, partiendo desde el interior de la vivienda, atraviesa la ventana panorámica y el borde infinito del agua, que enlaza con las espléndidas vistas del valle y, en la lontananza, con la extensa balsa de agua del embalse de Aracena.
Al igual que con las otras construcciones, se consideraron las afecciones que la vivienda pudiera ocasionar. En consecuencia, todas las instalaciones del complejo son autosuficientes, las fuentes tanto de agua como de electricidad proceden del mismo emplazamiento. Todo ello, unido a la calefacción de biomasa, anulan las emisiones de gases de efecto invernadero. En cuanto a diseño pasivo, el aislamieto de la totalidad de la envolvente reduce, asimismo, la demanda energética. El gran ventanal cumple a su vez una función de efecto galería en invierno, pero está protegido por cortinajes en verano. Desde el punto de vista constructivo, la elección del muro capuchino con aislamiento intermedio, redujo el aporte de materiales a una localización de acceso abrupto.